sábado, 29 de agosto de 2015

Ética y Profesión


El accionar cotidiano del venezolano se caracteriza por lo viveza criolla que nos hace trascender del actuar correcto en contraste con el bienestar general; permitiendo que dejemos a conveniencia lo ético y lo corrupto.  Este accionar es trasladado a todos los ámbitos; el laboral y el profesional, dejando mucho que desear, a expensas “del deber ser”.
                                           
¿Cuánto no hemos escuchado de la crisis de las instituciones tanto públicas como privadas?, de la inexistente vocación al servicio, del desapego al enaltecimiento de la profesión. Así, de la nada, surgen como si de novedad se trataran los Códigos de Éticas en las diferentes profesiones, para recordarnos la necesidad del “buen actuar”.

El Código de Ética Profesional establece “obligaciones morales” en el ejercicio de cualquier profesión, fundamentado en la ética y justicia. Pero, ¿Qué es la ética? La ética se orienta al libre juicio, basada en valores aprendidos, en concordancia entre lo que se piensa y lo que se hace en aras del bien común, “El bien Hacer”, el “Buen Actuar.”
           
Cuando el profesional actúa en beneficio de particularidades, no necesariamente actúa con ética.  Cuando el profesional se niega a ajustarse a las nuevas tendencias, con apego a los caminos transitados, sin ejercer su posibilidad de innovación, se niega al crecimiento en beneficio propio y el de los otros. Cuando el profesional se cree dueño de la verdad e irrespeta a las personas, se acerca a la soberbia, pero se aleja de la ética. Cuando el profesional se deja abrumar por las circunstancias y la imposición de las órdenes, cumple con una función, pero no con su labor. Cuando el profesional olvida la razón de ser del ejercicio de su profesión, definitivamente se encuentra alejado de la ética.

El profesional, debe sustentar sus acciones, asumiendo con responsabilidad los actos que realice u omita. Debe asumir su preparación y mejoramiento continuo como una obligación. La imparcialidad, equidad, justicia y honestidad como un credo. Es “Deber” del profesional conducirse y dar ejemplo de honradez, probidad y veracidad. Generar confianza en virtud del respeto que infunda a razón de su proceder profesional y personal.

KELLY CISNERO MIRABAL